martes, 28 de febrero de 2017

Amén, Madonna

Ayer, 27 de febrero de 2017, se disputó en Las Palmas de Gran Canaria la coronación como Reina Drag Queen del Carnaval de este mismo lugar. Un total de veinte aspirantes de todas las islas, y algunos peninsulares, fueron los protagonista de una noche llena de brillos, plataformas, plumas y cómo no; polémicas.

Las polémicas y querellas siempre han ido de la mano con este certamen, siendo ocasionadas por parte de colectivos religiosos y conservadores, que a pesar del cambio de mentalidad de la gran parte de la población española, y se podría decir mundial, todavía no han dado el paso hacia lo innovador.

Este año ha sido el vigésimo aniversario del ya mencionado certamen, y una larga lista de personalidades se han desplazado hacia Las Palmas para alabar la magnífica labor de los transformistas canarios. Especialmente a uno, a Drag Sethlas, quien posteriormente se convirtió en el vencedor de la noche; acumulando el máximo total de los votos del público presente, de la audiencia nacional y de todo el jurado profesional.

Las críticas para Drag Sethlas no han sido del todo buenas, ya que su exuberante actuación como homenaje, o crítica, a la Iglesia Católica, no ha sido un plato de buen gusto para todos, especialmente para los que ya venían criticando la gala desde su primera edición, sumando de este modo una nueva excusa para la abolición de la fiesta típica de Canarias; quién lo diría. Fiesta típica, abolición, cultura (no apta para todos los públicos) y un colectivo lleno de argumentos con la finalidad de acabar con lo que ''transmite e incita al odio''.

Drag Sethlas comenzó con un atuendo de virgen, acompañado de varias mantillas y diversos nazarenos; que en todo momento seguía sus dificultosos pasos de coreografía imposible. Poco antes de acabar fue ''crucificado'' ante las lágrimas de todos sus bailarines, como así le sucedió al que todos sabemos.

Las críticas le han llovido, pero... ¿quién de esos críticos ha estado ahí para defender los casos de odio por parte de la Iglesia al colectivo LGBT? ¿O se ha manifestado en contra de la pederastia de la mano de sacerdotes, o de la venta de bebés robados por las monjas comerciantes?

Todo en este país es un pez que se muerde la cola. Como muchos dicen: si no te gustan los toros no vayas a la plaza. Como otros, y yo me incluyo, decimos: si no te gusta el espectáculo que no daña no vayas a ese recinto de Las Palmas durante una única noche anual.

Ojalá, y no sea dentro de mucho, a todos los que han criticado les nazca un hijo drag queen, o lo que sería peor: un asqueroso torero.





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